Los relojes de sol son elementos que se sirven de la luz solar para medir el tiempo. Constan de dos partes: el gnomón y la faz. El gnomón es la parte que proyecta la sombra y hace las veces de aguja. La faz es la parte donde se proyecta la sombra y se leen las horas. Normalmente es plana, aunque en algunos tipos de relojes puede ser cóncava y con menor frecuencia, convexa.
Para que un reloj de sol funcione bien es imprescindible que esté correctamente orientado y haya sido calculado teniendo en cuenta la latitud del lugar. Debemos tener en cuenta que hay un desfase entre la hora solar y la hora legal. Así habrá que sumar una hora para el horario de invierno y dos para el verano para obtener la hora oficial.